¡Cualquiera traduce con un diccionario bilingüe!
La realidad (triste, por cierto) es que el común de
la gente cree que si sabés un par de idiomas (español/inglés, por ejemplo) y
tenés buenos diccionarios (dos o tres bilingües serían suficientes), vas a
poder traducir.
Claro que vas a poder traducir, pero bastante mal.
Afirmo lo anterior no simplemente porque soy una
gran defensora del traductor profesional, aquel que se formó, se capacita,
estudia y que realmente comprende lo que es enfrentarse a un texto y producir
una traducción digna; lo afirmo, también, porque a las pruebas prácticas me
remito. Basta con buscar un término técnico en un diccionario bilingüe para
comprobar la aseveración. (Advertencia: por cuestiones de espacio, me limito aquí a
la elección de términos dentro de un área especializada como la jurídica. No
intento abarcar la totalidad de aspectos complejos propios de la tarea del traductor).
Supongamos que se nos encomienda la traducción de un
documento fuente redactado en español, en el que, en distintas porciones del texto,
se utiliza el término «garantía». Invito al lector a abrir un diccionario
bilingüe y buscar dicho término. ¿Cuántas opciones nos da el diccionario? Casi
diez (al menos son las que estoy viendo en el Diccionario Jurídico de Cabanellas de las Cuevas). Observemos:
GARANTÍA
Bond, bail, guaranty, pledge, security, guarantee,
guaranty contract, warranty.
Bien. Genial.
Perfecto. ¿Y ahora qué hace el inexperto conocedor de idiomas devenido en
traductor? ¿Vino fallado el diccionario? No. ¡No! La falla radica en pensar que
el diccionario bilingüe hace las veces de traductor. Como vemos, el diccionario
no brinda la solución, sino las
posibles traducciones. Rara vez nos dirá a qué área jurídica pertenece cada
término. Casi nunca nos dirá cuál es el verbo que debemos usar, ni nos dirá el
régimen preposicional pero, más grave aún, no nos dirá la diferencia
componencial que existe entre cada uno de los términos. La traducción no es un juego
azaroso, una especie de ruleta rusa. El traductor que no se formó, no estudió,
no conoce las diferencias de fondo muy difícilmente llegue a elegir la opción
correcta. Huelga decir que si se elige el término equivocado, básicamente se
estará diciendo algo que no es, y el producto final carecerá de total sentido.
El término garantía
es tan solo un ejemplo entre millones de palabras técnicas y polisémicas,
característica esta última que agrava el debate. Esta cuestión que aquí analizo
no es privativa del español. Lo mismo sucede en inglés, con el término equity, por ejemplo. El neófito podrá decidir, sin más, que su traducción es «equidad». Correcto, pero solo a veces.
Como podrán sospechar, el término tiene otras acepciones y traducciones según el
contexto donde aparezca. Así, podrá traducirse como sistema
jurídico de Equidad (en oposición al Common
Law), capital propio de una sociedad comercial, utilidades, acciones
societarias, fondos, o bien renta variable.
Que se sepa de
una vez: no cualquiera puede traducir. Traducir es una actividad intelectual compleja. Los
diccionarios lucen muy bien en los estantes de la biblioteca, pero no siempre
harán lucir al autor de las traducciones. No confiemos ciegamente en ellos. Las
fuentes de consulta hoy en día son inagotables. El diccionario bilingüe es
simplemente una más, pero no es la única y, peor aún, no nos proporciona la
verdad absoluta. El diccionario bilingüe es simplemente una guía, un disparador,
pero no nos dará la solución. Muy por el
contrario, y por el desconocimiento de quien lo utiliza, puede ser fuente de (gravísimos) errores.
A modo de conclusión: el arte del traductor y la
calidad de la traducción se ven reflejados en el producto final. Un traductor
crítico, analítico, profesional y responsable no debe abandonar jamás la
capacitación, la incesante lectura, la investigación y la curiosidad. La
traducción es un acto de creación, no de copiado automático. Ningún
diccionario va a reemplazar el buen criterio del traductor, máxime si la
traducción es especializada.
Los diccionarios bilingües sirven para los que saben.
Copyright © 2014 Mariela Santoro
Si el lector
necesita una traducción realizada por un profesional que no restrinja su investigación al diccionario bilingüe, lo invito a visitar mi
sitio web: www.translational.com.ar
'Diccionarios bilingües: ¿aliados incuestionables?' por Mariela Santoro se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional.
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Gracias por tomarte el tiempo de escribir este artículo.
ResponderEliminarTraductor de documentos
Muchísimas gracias a vos por leer y, además, dejar tu comentario. Un saludo, Luis.
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